…Y LA JUNTA RECTORA INTENTÓ ECHARNOS DE NUESTRA PROPIEDAD, ¡PERO NO PUDO!
Sacado del artículo: “Delito por coacciones leves”, escrito
por Jose Carlos García Lerta, publicado
en la página de © mundojuridico.info, el pasado 28 de junio, 2017:
“En el ámbito penal, se
definen las coacciones como un delito contra la libertad, en virtud del cual
una persona, usando la violencia, le impide a otra persona hacer algo que la
ley no prohíbe, o bien le obliga a hacer algo que esta persona no quiere, sea
justo o injusto. El uso de la violencia, en base a lo afirmado por
la doctrina y la jurisprudencia, hace referencia no sólo a la fuerza física en
sí, sino también a la intimidación personal o la fuerza en las cosas.”
Como ustedes saben si han leído el post anterior “CUANDO UNA
JUNTA RECTORA ACTÚA DE FORMA ORQUESTADA”, la Junta Rectora de mi comunidad,
Apartamentos “Jardín del Atlántico”, a través de su presidente y de su
secretaria, a la información aportada con cuatro días de antelación y por
escrito, de que un grupo de propietarios, miembros de la Asociación de
Propietarios por la Buena Gestión “Jardín del Atlántico” íbamos a celebrar una
fiesta (como otros años), en una zona común (propiedad de todos), la terraza
del Bar Piscina, desde las 19:00 horas hasta las 23:00 horas, respondió
diciendo que “…entendemos que no es
conveniente autorizar dicho disfrute” y “…rogamos que se abstenga de realizar dicho evento en las zonas
comunitarias, pudiendo tomar esta Junta Rectora las medidas oportunas para el
desalojo en caso de persistir en su celebración”.
Después les aclaramos, otra vez por escrito, que se trata de
zonas comunes y que no les estábamos pidiendo permiso, ya que somos
propietarios, que les informamos que íbamos a celebrar dicha fiesta, les
pedíamos que desalojaran de enseres (mesas y sillas) ese espacio y que
iluminaran mejor la zona, como medida de seguridad.
Pasadas las 19:30 comenzamos con los preparativos del evento,
y nos dimos cuenta que las farolas de la zona no estaban iluminadas, en horas
de la mañana habíamos visto al personal de mantenimiento (personal de la
empresa explotadora) actuando en el cuadro de mecanismos de esta instalación y
sobre las 20:00 horas comenzó la música del grupo “CHAFINA”, del que forma
parte un propietario de nuestro complejo. Cuando llevábamos una hora y algo
disfrutando de la fiesta, se personaron cuatro efectivos de la Policía Local,
porque dieron la orden al personal de recepción, para que los llamara por
teléfono denunciando un ruido escandaloso en las zonas comunes provocado por
algunos propietarios, al menos así nos lo comunicó el portavoz de la policía.
Por supuesto me identifiqué ante la Policía Local,
aportándoles mi D.N.I. y les expliqué lo que estaba sucediendo, que no era otra
cosa, que un grupo de propietarios, después de haber comunicado en tiempo y
forma a la Junta Rectora de la Comunidad de Propietarios, estábamos disfrutando
de una fiesta para dar la bienvenida al verano, que como podía observar el
volumen no era, en ningún caso excesivo y nos comprometimos a reducirlo a
partir de las 22:00 horas, para no molestar a los vecinos, ni a los usuarios
del complejo anexo al nuestro.
Quizás esperaban que nos asustáramos al ver a las fuerzas
del orden, pero cuando se tienen las cosas claras, y la conciencia tranquila de
haber hecho las cosas bien, en orden y ajustadas a derecho, el miedo se transforma
en orgullo y este en colaboración.
Cuando los efectivos de la Policía Local se retiraban,
fueron testigos del volumen existente en el Salón Manila (hoy bar sin licencia),
ya que en ese momento había una actuación (BRIAN - Live Music), y se quedaron sorprendidos
(aún informándoles que el volumen estaba más bajo de lo habitual).
Pero la cosa no acabó ahí, no teníamos luz de las farolas
interiores de la zona, la única iluminación provenía directamente de una farola
de la calle Gánigo, que por casualidad estaba muy cercana a nosotros, y a la
media hora de haberse ido la Policía Local nos cortaron el suministro de
electricidad del enchufe (que paga la comunidad de propietarios) es decir, ¡nosotros!,
interrumpiendo la música y por tanto la fiesta.
Como pueden observar, los responsables de nuestra Junta
Rectora no garantizaron la seguridad de los propietarios y usuarios (como es su
responsabilidad), al no ordenar que pusieran los focos en la azotea, como otros
años y como les habíamos solicitado, sino que empeoraron la situación, ya que no
funcionaron las farolas internas de la zona y luego nos desconectaron la toma
de corriente eléctrica, que por cierto, una vez terminado el evento, volvió a
estar operativa (con electricidad) ¡Qué casualidad!.
Aún a su pesar, pudimos volver a conectar los aparatos de
música a través de alargadores y continuamos la música ponderando el volumen
hasta las 23:00 horas, como nos habíamos comprometido.
No lograron el objetivo que se habían propuesto. Ni nos
atemorizamos, ni impidieron que un grupo de una treintena de propietarios y nuestros
familiares pudiéramos disfrutar de unos manjares exquisitos, con una música
maravillosa y muy nuestra y lo mejor de todo, en compañía de unos amigos y
copropietarios ejemplares, por cierto, en este acto celebramos el aniversario
de boda de cuatro pilares de nuestra comunidad: por un lado D. Ramón Martín y
Dña. Ascensión Padrón “Chonita” (51 años de matrimonio) y por otro, D. Teodoro
Alvarado y Dña. Dolores Sánchez (10 años de matrimonio), alguno se atrevió a
hacer una performance de renovación de votos.
Como diría el entrañable Pepe Monagas: ¡Qué bien lo “pasemos”…!
Algunas fotos del evento:
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Apto 154
Deberíamos contactar con nuestro abogado para ver si es posible y aconsejable demandar a esta gente por coacción al intentar prohibir y entorpecer un legítimo acto de los propietarios.
No hay que dejarles respirar.