CUANDO EL ABUSO ES LA NORMA GENERAL

Desde hace un tiempo, yo diría desde que el apartamento 117 tiene nuevo propietario (propietaria), se corrió el rumor que la estructura del volado (la cola del ave) que estaba a la salida del pasillo central hacia el bar piscina, lo iban a demoler.

Desde que llegó a nuestro conocimiento, de inmediato nos pusimos en contacto con el nuevo presidente de la comunidad de propietarios y le mostramos nuestra disconformidad con esa decisión, que lo que se debería hacer, como con cualquier parte del edificio, propiedad de la comunidad, y que está en las zonas comunes, es decidirlo en una Junta General, que antes de tomar cualquier decisión, habría que realizar un informe técnico que valorara la estructura del volado, y se solicitaran tres presupuestos, sobre la propuesta que emita el técnico.

El presidente nos mostró su coincidencia en el modo de tratar este tema.

Ayer, la empresa explotadora, por decisión unilateral, por su cuenta, sin autorización de la Junta General de Propietarios, sin decisión de la Junta Rectora, sin informe técnico al respecto, tomó la decisión de demoler esta estructura del complejo, alterando con ello las zonas comunes, como si fueran de su exclusiva propiedad.

Si esta actuación, la entiende la empresa explotadora, INVERSIONES JARDÍN TROPICAL, S.L. y su administradora única, Dña. Maialen Arteche, como una muestra de poder, respecto de los propietarios, desde ya le decimos que está cometiendo un error garrafal, al ignorar los derechos de los propietarios, como los de esta Asociación, ya que aunque no seamos mayoría, la ley está para que todos la cumplan, y  nadie está por encima de la ley, ni siquiera ellos.

Este asunto no va a quedar sin respuesta por parte de esta Asociación de Propietarios.  Pronto nuestra asesoría jurídica se va a poner en contacto con ellos a través de las instancias oficiales.

Vamos a ver ahora, a quienes se les considera vándalos, y a quienes, personas serias que respetan a los propietarios y que se ajustan a la legalidad.

Por cierto, pudimos constatar, que los hierros de la estructura del colgado, no estaban en tan mal estados como nos querían hacer creer, de hecho, les costó una enormidad demolerla.